Lo malo, es que compré unos poquitos litros de cerveza (casi 30) y los puse en la nevera y en el conjelador como es normal de todo preciado anfitrión.
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Así se fueron pasando los minutos hasta que me empezó a invadir el miedo, mas terrible q se puede tener de pequeño,( que no venga nadie a tu fiesta de cumpleaños), espero q no le allá pasado a nadie si no pobrecito.
Luego la gente empezó a llegar, entre ellos: las chicas bum de la clase y de Daimiel,los chicos malotes de la clase, los compañeros de piso...
hasta que las cosas se empezaron a torcer de una manera inevitable,debido en parte por las muchas cervezas que empezábamos a beber sucedió un hecho casi trágico. La caída de una de las chicas de Daimiel(guardemos el anonimato...)y como consecuencia la ruptura la la gran preciada silla del piso de la Mata(o bien llamada la silla del Mochuelo).
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CONTINUA ABAJO
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